Monovarietal de Baboso negro, una de las variedades tintas reina de las Islas Canarias, procedente de un viñedo situado en el municipio de Fasnia, a 225 metros de altitud. Tan solo se han elaborado 1.500 botellas de esta añada que entrega elegantes aromas a violeta y frutos negros en nariz y en boca se muestra como un vino estructurado y potente, con un gran peso en boca, muy intenso.
Suelo:
Suelos áridos, con niveles bajos de materia orgánica.
Clima:
Influencias de clima templado seco con una elevada insolación, refrescada por los vientos alisios, con lluvias escasas anuales que obliga al viticultor a desarrollar sistemas de aprovechamiento para retenerla, como es el uso de arena volcánica conocida como “jable”.
Cosecha:
Vendimia manual.
Vinificación:
Maceración prefermentativa a baja temperatura, con un 10 % del raspón durante 3 días para seguir con la fermentación alcohólica en pequeños depósitos de acero dónde diariamente se realiza el “delestage”. Una vez terminada la fermentación alcohólica se controla la fermentacion malolactica en barricas de roble francés de 500 litros de capacidad.
Envejecimiento:
El vino permanece durante 12 meses en las barricas, haciendo “batonages” periódicos.
Cata:
Aromas exóticos, como de lichis, y algo que nos recuerda al incienso. Profundo y muy agradable. Esta uva tan rara tiene una piel fina y eso se traduce en un vino suave, sin rugosidades ni asperezas. Un vino que se abre camino en el paladar gracias a su frescor, directo y preciso, y que al final se vuelve más ancho pero conservando su ligereza. Es absolutamente delicioso.
Con qué disfrutarlo:
Hay vinos tan especiales que no necesitan maridarse. Se maridan ellos solitos. Pero bueno, puestos a elegir, os diríamos una carne no muy intensa, unos platillos modernos o un guiso de legumbres.
